Tras numerosas revisiones, el Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea (UE) y la Comisión Europea llegaron a un acuerdo sobre la Ley para la Restauración de la Naturaleza, instrumento que sus impulsores defienden como clave para la conservación de la biodiversidad en el bloque comunitario. El texto busca la ejecución de acciones concretas por parte de los 27 países miembros que garanticen la restauración de los hábitats dañados, casi en su totalidad para 2050.
El pasado 9 de noviembre, el Parlamento Europeo y negociadores de los Estados miembros lograron un acuerdo sobre el texto legislativo de Restauración de la Naturaleza, luego de nueve horas de negociaciones, que a su vez formaron parte de un proceso de discusiones de varios meses.
El logro más importante de la legislación es la exigencia a los países miembros para restituir progresivamente los hábitats dañados. Se contempla que se restaure al menos el 30 por ciento de estos hábitats para 2030, el 60 por ciento para 2040 y el 90 por ciento para 2050.
Con condiciones de los espacios naturales “malas o mediocres” en alrededor del 80 por ciento del total territorial de los países que conforman la UE, el proyecto legislativo representa “un resultado histórico”, según Pascal Canfin, jefe de la Comisión Europea de Medio Ambiente.
El proyecto legislativo, que fue propuesto por la Comisión Europea en 2022, forma parte del Pacto Verde Europeo y busca hacer posible el cumplimiento de los acuerdos sobre biodiversidad alcanzados en la COP15 de las Naciones Unidas.
El Pacto Verde Europeo constituye la gran ambición ecológica de la UE, pues a través de él busca volverse referente en el combate al cambio climático.
A pesar de reconocer la importancia del acuerdo alcanzado el pasado jueves, grupos y ONG ecologistas lamentaron que “el texto final ha diluido considerablemente la ambición de la propuesta original de la Comisión”. Y señalaron también la existencia de “lagunas” en el proyecto de ley, entre estas voces, la del propio jefe negociador de la Eurocámara, César Luena.
La derecha, principal opositora de la iniciativa
Luego de haberse propuesto por primera vez el proyecto de ley en 2022, el Partido Popular Europeo (PPE) se mostró reticente a la legislación. A principios de 2023 el PPE intentó abandonar el proyecto legislativo. Durante las negociaciones, algunos países mostraron su preocupación del aumento de leyes ambientales con efectos sobre la industria.
El PPE y otros grupos de centroderecha, han manifestado que su oposición al proyecto normativo se debe a que consideran que esta amenaza la seguridad alimentaria europea al tener efectos negativos directos sobre la agricultura, como el alza en los precios de los combustibles. Una postura respaldada por la Copa-Cogeca, principal grupo agrario de la UE.
El Partido Popular destacó como “mejoras notables” producto de las acaloradas discusiones para su aprobación, la eliminación de un apartado que obligaba a renaturalizar al menos el 10 por ciento de las tierras agrícolas. Ello le ha traído críticas al PPE, provenientes de sus contrapartes de centroizquierda, que lo acusan de utilizar la deliberación política sobre el proyecto para ganar terreno electoral con miras a las votaciones europeas de 2024.
El tema agrícola no fue la única traba que encontró el proyecto de la Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea. El sector pesquero, Europêche, ha hecho un llamado al Consejo y al Parlamento Europeos para no validar de manera formal el acuerdo alcanzado.
Fuente: France 24